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Reduccionismo (TC-2)

Todos somos contigentes… pero tú eres necesario

Hay personas que son todo oídos, otras que presumen de ser todo amor. Hay personas que son todo para otras personas. Hay todólogos y totus revolutum cuando se piensa en todo sin pensar en nada.

Todo yo lleva siendo varios día un TC-2. Rigurosamente moderado y empaquetado. Todas mis periferias reducidas a un certificado que indica cuánto pagaron por mí, cuánto les costaron mis servicios a los largo de todo este tiempo.

Cuatro años formalizándome, rellenando la casilla de trabajo con su nombre institucional, haciéndome parte del organigrama.. Y ahora sólo soy un autómata TC-2 rodeado de autócratas TC-1

«Todas las cartas de amor son ridículas. No serían cartas de amor si no fuesen ridículas» (F.Pessoa)

Como las cartas de amor, las oficinas del INEM son ridículas. Un formalismo ridículo lleno de colas ridículas. El show de siempre con los personajes de siempre. Funcionarios añejos, forcejeos por tu lugar en la fila, cámaras de TeleMadrid emitiendo en riguroso directo.

Podrían contradecir la mofa generalizada de los desempleados de este país cumpliendo su función: buscando empleos, proporcionando salarios. Tal vez lo hicieron en un tiempo. Ahora son habitáculos en los que perder mañanas, normativizar y formalizar formularios, hacer declaraciones, hacer amigos…

Hoy, en la Oficina del INEM de Atocha (Madrid), varios de mis compañeros de la cola del paro llegaron en Taxi…   

La clase media ha venido y yo no sé como ha sido

 

Sí, como un cuento chino, una milonga, como una cantinela. Nuestra autoubicación de clase vivió su época dorada. 

El peldaño desde la clase media a la clase media-alta se embarroquizó con «chaletes», pulgadas y vacaciones de newrichs.  Una época de lujos y copas de vino en la que conocer mundo (con préstamos), comprar productos-marca (con Visa) y lucirnos (con mucha fachada y pocos patios interiores).

Mientras… otros ahorraban por nosotros y para ellos…

 http://www.elmundo.es/mundodinero/2007/12/11/economia/1197379208.html

Bendita crisis

¿Me compras un coche? ¿Y unas vacaciones en la sierra? ¿Y un equipo nuevo para esquiar?

«Las principales carreteras de salida de Madrid colapsadas»

«La ocupación hotelera en las estaciones de esquí llegará al 90%»

«Ocupadas casi la totalidad de casas rurales»

Bendita crisis…

Catetismo patriótico

Quiero amparar con mi voz, los sufrimientos y las tristezas que tienen los niños capturados por los enemigos de mi patria.

En los últimos días Carmen Franco ha irrumpido en nuestros televisores para recordarnos que papá era un señor bromista, que la guerra y los sufrimientos le hicieron aburrido pero que jugaba mucho con sus nietos.

Dos conclusiones sobre esto:

1) Franco y familia eran tristes de cojones. El caudillito pasaba sus noches en una cama de 80 cm. junto al brazo incorrupto de Santa Teresa, desayunaba poco y mal y se pasaba las horas rezando y maquinando. Para reprimir y torturar ya estaba la policía. Para defraudar y lucrarse ya tenía a su familia.

2) Al estudiar el terrorismo existe el dilema de si la información legitima las acciones de los violentos haciéndoles más fuertes de lo que en verdad son. Si se decide negarles la cobertura mediática, las críticas giran en torno a la censura, no sólo impuesta por los terroristas, sino también por los gobiernos.

Carmen Franco es una señora anodina, hinchada de botox y dueña de la mitad de los parkings de la capital. Los medios de comunicación le dan acceso como fuente (recogiendo sus palabras en primera persona) y cobertura (informando sobre la publicación de sus «memorias»)

¿Por qué no nos planteamos los «por qués» de esta señora? Mucha transición, mucho aniversario constitucional, mucho monarca piloto del cambio, y ella sigue paseándose por nuestras noticias dulcifiando al asesino, justificando sus hechos y dando lo mejor de ella misma.

Suprimirla de los medios no es censura, ni amenaza a la libertad de expresión. Eliminarla de las noticias sería simplemente tomarnos nuestra vida en serio.

Os dejo algunas de sus perlas:

– Sobre el hecho de dirigir un régimen dictatorial, Carmen opina que Franco  «lo asumía y no le molestaba».

– Cuando su padre se fue a ver a Hitler “dejó a tres personas por si lo secuestraban, porque cuando fue allí nunca se sabía lo que podía pasar, te podían secuestrar. Entonces mi madre decidió que había que rezar muchísimo, porque era una cosa muy importante a la que iba a ir mi padre. Mi madre tuvo el Santísimo expuesto. Nunca antes lo estuvo”, añade.

– ¿Y sobre la represión? De ese tema, aclara Carmen, «en casa no se hablaba».


Compra. Vende. Compra. Vende. Compra. Vende. No tengo qué comprar. No tengo con qué comprar. No tengo qué vender.

Ayer, el Ministro de Industria presentó el Observatorio de Precios:  www.observatorioprecios.es

Según Miguel Sebastián, la ciudadanía dispondrá de una herramienta esencial para la crisis. Entre sus recomendaciones, a modo de consultor pro-ahorro, recomendó comparar precios de varios supermercados y consumir marcas blancas. De esta manera se conseguirá un ahorro de entre 76 y 160 euros cada mes.

¿Buenos consejos? Recuerdo a mi madre, los viernes por la tarde, desplegando las ofertas que llegaban al buzón de casa. Bolígrafo BIC en mano, hacía un listado de los productos que debía comprar en cada supermercado del pueblo. A mi madre, lo del observatorio de precios le suena a receta de toda la vida, a comprarnos los abrigos crecederos para futuros inviernos y remendarnos los vaqueros con rodilleras de Willy Fog.

Buena recomendación también lo de las marcas blancas. A veces, cuando ocurría un suceso extraordinario, en casa había pasta Gallo en vez de “pasta blanca”, teníamos la Asturiana en vez de “leche blanca” y untábamos Tulipán en vez “margarina blanca”. Pero era excepcional.

Siempre fui un chico «blanco». La crisis no me obliga a ser «blanco» porque nunca en mi vida pude ser de otro color.

Resumiendo. Recetas de siempre para las crisis de siempre…

PD. No sé cómo accederá mi madre al Observatorio de Precios desde provincias, si utilizando su MAC o pillando el PC de mi padre. ¡Hostia!, que mis padres son analfabetos googleianos. ¿Le mandará Sebastián el dossier por correo postal?

Quería volverme a casa. Llovía. Una mezcla insoportable de cigarrillos y combinados se peleaban en mi barriga. Centro de Madrid. 4 de la madrugada. “No tenemos taxis por su zona”. Autobús, espera. No llega. “Es mejor que vayamos andando”. “Viene uno en verde”. “Hijoooo de putaaaa.. para”. Lluvia. Me duele la cabeza. “¿Cómo vais chavales?”. Deslizándonos, a cuatro patas. “Han dejado bonita la calle Montera”. Sólo llueve por las noches en esta ciudad. Por lo menos vimos un conciertazo. 4:45h…. Buenas noches …



La crisis embiste. La crisis nos puede. La crisis me mata. La crisis me hace vender el BMW. La crisis está crazy. La crisis…

Supongo que existirá. Soy consciente. Mediáticamente existe. Supongo que también socialmente. Por supuesto, realmente…. Sin embargo la crisis no embiste contra los que siempre estuvimos en crisis. La crisis no puede con los crisiendémicos. La crisis no mata a quiénes vivimos y nos emancipamos en crisis. La crisis no me obliga a vender mi coche, ni mi piso, ni siquiera mi TV de 8 pulgadas, porque nunca pude comprarme un coche, ni un piso y la tele que tengo es prestada. La crisis vuelve loco a quienes vivieron de las crisis ajenas y, sin embargo, yo estoy en crisis y mi cuenta corriente está en crisis.

Los taxistas no están en crisis. Al menos en las noches de lluvia.

Tal vez la juventud aviejunada tampoco estemos en crisis cuando renunciamos al transporte público para volver a casa en taxi, después de tomarnos cientos de cervezas y combinados a precios de no-crisis.

Bienvenidos a la crisis mundial contra tu cuerpo. Maniobras de escapismo ¡YA! para remediarlo.